Calella de Palafrugell conserva el encanto de los antiguos pueblos de pescadores de la Costa Brava. Su centro, de calles estrechas y casas de tejado inclinado, intensamente blancas o sus característicos porches frente al mar, continúan siendo tal como eran. Rodeado de calas y muy cerca del paraje natural de Castell-Cap Roig, su oferta turística se completa con propuestas gastronómicas como “la garoinada”, o culturales como el Festival de Música de Cap Roig o la cantada de Habaneras, que cada año reúne miles de personas en la playa de Port Bo.
Los servicios de restauración y alojamiento son completos y variados, desde una paella informal en la playa a cocina de autor, y su alojamiento incluye hoteles, apartamentos y campings.